Por el Sur de Marruecos
Mira que le teníamos ganas a este país. Tan cerca y tan lejos. En poco más de hora y media ya te plantas en otra dimensión.
Nuestro recorrido comenzó en las montañas del Antiatlas, quedándonos en Tafraout, la mejor opción para moverte por aquellos valles. Lo primero que nos sorprendió fue la roca, grandes bolos redondeados de color rojizo que le dan un aspecto lunático al paisaje. Precioso deambular por los propios alrededores del pueblito. No muy lejos hay unas conocidas piedras azules. Pintoresco en aquel mar de tonos ocre.
Apenas un par de kms al norte de Tafraout se encuentra el valle de Ameln, con el Jebel Kest como techo, sobre los 2300 mts. Nosotros recorrimos los pueblitos a pie de valle, en especial Tagchide, cuya carretera hasta llegar a él te los pone en la garganta..
También visitamos las Gargantas de Ait Moshour atravesando el oasis que fluye por su interior. Un paisaje sobrecogedor salpicado de desgastadas aldeas bereber.
Nos trasladamos a la costa, motivados por la fama de buen surf que tiene, y con ganas de darnos unos buenos baños. Elegimos Sidi Ifni, antigua colonia española bastante al sur de las zonas más pobladas, lo que nos aseguraba tranquilidad y soledad. Fue una suerte conocer a Icham, que regenta una escuela de surf en el pueblo y que nos abrió su casa y toda su hospitalidad para darnos vidilla por aquellos alrededores; Playas infinitas, olas solitarias y grandes acantilados que, como en la zona de Legzhira, la erosión a creado unos puentes de roca asombrosos.
Rumbo a Marrakech pasamos por Agadir, la ciudad más relevante al sur de Marruecos, infinitas avenidas donde circulan desde Mercedes tope gama hasta P.I.V.A motorizadas y carretas tiradas por burros. Mucha concentración para conducir entre ellos!..En Marrakech nos dedicamos a visitar la Medina, la plaza DJemma L Fna y el gran Zoco, como no podía ser de otra manera. Es apasionante deambular por sus estrechas callejuelas atestadas de gente y de mil y un puestos ofreciéndote de todo. Absolutamente irresistible incluso para los que nos gusta comprar. Y si no, a beber tés y juguito naranja. Qué buenos estaban! Ya cuando cae la noche sólo te queda disfrutar del gran “circo” ambulante que se representa cada día en aquella plaza: Monos saltarines, gallinas en la cabeza, serpientes bailarinas, danzas ancestrales… Una gozada para los sentidos!
Estamos preparando para otoño 2015 un viaje muy similar a este. Si estás interesado en acompañarnos escríbenos y te iremos contando el plan:
922128060 / 618 000 972
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